Agricultores y ganaderos adaptan sus tareas a la escasez de abonos y piensos.

Los cooperativistas en particular y los productores en general tienen que hacer muchos números esta campaña para saber qué van a plantar. Aunque llueva estos días, la incertidumbre por la sequía y por el alto precio de la energía y los insumos les obliga a redoblar la prudencia y a renunciar de todo lo que no sea imprescindible para su campo o su ganadería.

El parón de los transportistas ha dejado a muchas explotaciones sin fertilizantes o piensos, por lo que los agricultores y ganaderos están estirando sus reservas al máximo para intentar minimizar esas carencias. También están demorando las tareas no urgentes para ahorrar el máximo de combustible.