2 de noviembre, día de los fieles difuntos. Rendimos homenaje a quienes ya no están acudiendo con flores a los cementerios y adecentando lápidas y tumbas de nuestros seres queridos. Hasta aquí las celebraciones se asemejan bastante, pero nuestro colaborador "bilbainogermánico", Pablo Martínez Calleja, nos ayuda a adentrarnos en las singularidades de algunos camposantos del norte de Europa.
En el caso de Alemania se celebra esta fecha en los "países católicos" y otras comunidades del centro del país. Sin embargo, en las zonas protestantes se conmemora el "domingo de muertos" el domingo anterior al primero de adviento. En general, está expresamente prohibido "comer, montar en bicicleta o llevar perros sin correa" y además de las flores son habituales las velas naturales o "de pila" para "arreglar la tumba".
Es particular el caso del cementerio de Hamburgo que es el más extenso de Europa e integra varios cementerios en uno solo teniendo incluso carreteras y paradas de autobús en su interior. Sin embargo para Pablo Martínez Calleja uno de sus "cementerios favoritos es el central de Copenhague, de Assintens. Es un parque que se convierte en lugar de paso, con muchos espacios abiertos, grandes árboles y 'muy horizontal'. En él se puede visitar la tumba del filósofo Soren Kierkegaard". Además, "el que más me ha emocionado, además del de Montánchez en Extremadura, es uno que se encuentra a las afueras de Viena. Es el cementerio 'de las personas sin nombre' destinado a aquellos que han aparecido muertos en aguas del Danubio".