Las relaciones entre madres e hijas no siempre son fáciles. A pesar de todo el almíbar, perfección y entrega que se nos transmite socialmente sobre la figura materna cuando las hijas van creciendo puede haber dificutad, desencuentro y tensión. Reconocer que no tenemos la madre ideal ni nosotras tampoco somos las hijas perfectas es complicado por la exigencia con la que somos educadas.Si ellas tienen que lidiar con el odioso cliché de la mala madre, nosotras hemos de hacerlo con el de mala hija. Esta es una situación que curiosamente se da en menor medida entre hijas y padres o entre madres e hijos...¿Cuánto hay de verdadero en esto y cuánto de ambiental? La periodista y escritora Blanca Lacasa Carralón lo aborda en el libro "Las hijas horribles". Lo acaba de publicar Libros del KO y es un ensayo catárquico para muchas de sus lectoras en el que recopila numerosos testimonios personales, cinematográficos y literarios de estas no siempre fáciles relaciones entre madres e hijas. Hemos analizado con ella muchas de estas historias porque igual ya es hora de dejar de sentirse hijas despiadadas, egoístas u olvidadizas... Y de trabajar para que tampoco nuestras herederas en un futuro se acaben sintiendo como unas hijas horribles.
