El barrio pacense de San Roque celebra desde el año 1982 el entierro de la sardina con la fiesta en la calle y las barbacoas preparando miles de kilos de sardinas. Este año, lógicamente, la celebración ha quedado suspendida y el silencio es el gran protagonista de la jornada.
Nuestro compañero Christian Polanco ha estado allí y ha comprobado que las calles están vacías. "El ambiente de otros años es de mucha música y ambiente, este año es una pena" dicen algunos de los negocios de la zona. Lo importante ahora, aseguran sus vecinos, es lograr un barrio seguro y sin contagios.