Carmen Holguín tiene 74 años. En Alcuéscar, dónde estaba destinada hace más de 30 años, comenzó a dar clases de gimnasia para personas mayores tras comprobar que no había opciones para ellos. Llegó a tener más de 100 alumnos hasta que tuvo que jubilarse forzosamente tras sufrir su primer cáncer de mamá.
Señala que lo que no sabía es que después del cáncer le esperaba otra vida. Fue cuando contactó con la AECC para ayudar, cómo faltaban monitores para los talleres fue convenciendo a familiares y amigos para que colaborarán también. Ella daba clases de pintura y también gimnasia, primero para pacientes oncológicos y después también para sus familias.
Empezó en la sede, después en el pabellón Serrano Macayo. En la actualidad imparte clases los martes y viernes en la plaza de Austria en los meses de calor y en los exteriores del Palacio de Congresos en invierno y si llueve, en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.
Sus alumnos tienen entre 20 y 90 años y también hay un grupo de personas con movilidad reducida. Las clases son gratuitas y en ellas han conseguido recaudar fondos para proyectos solidarios en Kenia, Ucrania o Turquía.