Este viernes se celebra en la Universidad de Extremadura, en la Politécnica de Cáceres, La Noche Europea de los Investigadores e Investigadoras 2020. El jueves hubo charlas y talleres - todo virtuales eso sí - especialmente pensadas para los centros educativos de primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional.
Y como estamos en la semana del 25 de noviembre y queremos concienciar y sensibilizar sobre la violencia que sufren las mujeres y las desigualdades a las que se enfrentan cada día, le hemos pedido a Elena Jurado, licenciada en Matemática, doctora en Ingeniería Informática y profesora titular en la Politécnica de Cáceres, una reflexión sobre esto.
Y nos pone como ejemplo a Hedy Lamarr, la famosa actriz de Hollywod de los años 30, que además de ser una cara muy bonita y una gran artista era científica. Pero su belleza, eclipsaba a su cerebro. No pudo dedicarse a la ciencia, hasta haber abandonado definitivamente los platós de cine.
Ya, a principios de los '40, durante la II Guerra Mundial, Lamarr se alió con el pianista y compositor musical George Antheil para patentar un sistema de codificación de transmisiones, que permitía establecer conexiones seguras para las comunicaciones a través de un sistema basado en el salto constante de frecuencias. Un modelo que se inspiraba en las 88 teclas de un piano. Aquel invento no llegó a utilizarse en el conflicto. La aplicación masiva de la tecnología llegó a partir de los años '60, con los sistemas de posicionamiento y navegación GPS y, claro, las redes wifi.
Precisamente, sobre el papel de la mujer en la ciencia, y las mujeres científicas - que las hay, aunque no se conozcan - reflexiona ELENA JURADO
Por cierto, como homenaje a esta mujer, años después de su muerte, y con la fecha de su nacimiento como excusa, se decidió implantar el 9 de noviembre como el día del inventor y la inventora