El 60% de los 33.000 migrantes que se encuentran hoy por hoy en Extremadura son mujeres y la inmensa mayoría sale adelante en el sector de los cuidados en el que "hay mucho machismo, clasismo y racismo". "Su situación es muchas veces perversa. Les dicen 'eres como de la familia', pero se encuentran sin derecho a nada, trabajando 24 horas al día 7 días a la semana a disposición y con salarios que no llegan al mínimo para tener una vida digna". Maryórit Guevara es presidenta del Movimiento de Mujeres Migrantes de Extremadura que se ha convertido en muchos casos en el único contacto externo de apoyo y acompañamiento de las mujeres que "se ven obligadas a abandonar su país por diferentes motivos" y llegan hasta nuestra región buscando un futuro para ellas y sus propias familias.
La propia Maryórit lo vive en primera persona tras ser obligada a abandonar Nicaragua en pleno conflicto político por la imposibilidad de ejercer allí su profesión como periodista. Profesión que mantiene en la distancia enviando artículos a "La Lupa" que esquiva la censura en un más que difícil terreno nicaragüense. "Es un proceso incluso de sanación propia porque mi decisión de salir de Nicaragua no fue del todo libre. Nadie quiere abandonar su país si no se ve obligado". Un testimonio que refleja la situación de tantas mujeres que terminan sufriendo "precariedad y violaciones de sus derechos tanto en el país de origen como de destino".