Sin duda alguna se ha convertido en la esquina más dulce de la capital cacereña. Su tarjeta de presentación: una galleta "COLOSAL" en tamaño y disfrute que puede retar a cualquiera a no terminar con un sonoro "mmmmmmm..." ¡Ni lo intentes! Pero hay mucho más... Cheesecake, chocotortas, bizcochos, batidos... y unos roscones de Reyes que han sido toda una revolución. Por algo es "La Casa del Goloso", un derroche de imaginación y buen gusto en todos los sentidos.
Un proyecto diverso y plural que se come con los ojos a dos carrillos y que revive una tradición hostelera CATOVI sumando conocimiento y modernidad. Hablamos de todo ello con una de sus porciones; Milo, hijo de Emilio Rey y nieto del siempre recordado "El Pato". Nada es casualidad en este coqueto y delicioso rincón que se asoma desde General Ezponda (la eterna "calle de los bares") a la plaza mayor cacereña, aportando presente y futuro de sensaciones Patrimonio de la Humanidad. Escucha y saborea.