Para que nuestros jóvenes y nuestras jóvenes se queden en la región tenemos que ofrecerles perspectivas de futuro. Sobre todo, laborales. Además, concienciar sobre la despoblación rural y el envejecimiento de nuestros pueblos a quienes nos gobiernan es clave para evitar que desaparezcan o mueran. Para ello, buena parte de las localidades extremeñas hicieron sonar hace unos días las campanas de sus iglesias, repicaron con fuerza, en un acto promovido por los obispados de la región. Extremadura, atención, ha perdido casi 20 mil habitantes en los últimos diez años. Y un tercio de la población es mayor de 65 años.
Para revertir esta situación que, por cierto, debiera ser uno de los ejes prioritarios de las políticas de la Junta de Extremadura, una vez superada esta situación de crisis que ha dejado la pandemia, no estaría demás hacer algo similar al 'Plant Avant' de la Generalitat Valenciana. Son 250 acciones económicas, sociales, culturales, medio ambientales y de innovación pensadas para evitar la sangría poblacional de los 224 municipios de esta comunidad con menos de 1.000 habitantes. De hecho, así lo cree el Profesor de Derecho Constitucional de la UEX, Gabriel Moreno, también miembro de AFESVAL, la Asociación para el Fomento Económico y Social de Valencia de Alcántara
Extremadura cuenta con 388 pueblos, de los que un 85% tienen menos de 3.000 habitantes. Lo que equivale a más de 303 mil personas. Un tercio de nuestra población vive en pueblos pequeños y tremendamente dispersos entre ellos, ya que nuestra región es enorme en terreno y en muchas ocasiones, mal comunicados. Cada vez nos quedan menos servicios de autobuses, los trenes tienen cada vez menor frecuencia y el envejecimiento de la población va a más, por lo que la movilidad de esas personas, queda muy restringida. Además, las políticas agrarias de la UE, parece, que no están funcionando. Lo ve así, Jesús Moreno, párroco de Zarza de Montánchez y Salvatierra de Santiago, en la provincia de Cáceres que asegura que la gente joven no se queda en la región por una clara falta de oportunidades en el empleo.
Y a todo esto le sumamos que cada vez tenemos menos negocios, ya sea hostelería o pequeñas tiendas comerciales ((problema que se ha acrecentado tras esta crisis económica, derivaba de la sanitaria)) También tenemos cada vez menos entidades bancarias e incluso, ya en muchos pequeños pueblos, no quedan ni colegios. Y es que no hay nacimientos: en 110 localidades de nuestra región, de las 388, no ha habido ningún nacimiento en los últimos 5 años. Es el caso de Aldeanueva del Camino. Su párroco, Raúl Hernández asegura que lleva desde septiembre de 2020 en el pueblo y que aún no ha oficiado ningún bautizo. Para él, no se puede hablar de una España Vaciada, sino de una España Abandonada.
Coinciden quienes se resisten a dejar su pueblo en la pena que sienten al ver cómo se va perdiendo población. Así nos lo cuentan, vecinos y vecinas de La Morera, en Badajoz, y de Collado de la Vera, en Cáceres . Y todo a pesar de que la imagen de los entornos rurales es buena y mucha gente de la capital, de las grandes ciudades, quiere volver al pueblo... Precisamente Robledillo de Gata es protagonista de un calendario sobre la España Vaciada, no alcanzan ya ni 100 habitantes...
Por cierto, pueblos menores de 3.000 habitantes, tenemos 135 en la provincia de Badajoz y 205 en la provincia de Cáceres, el 85% de la población extremeña vive en estas pequeñas localidades.