Termina nuestro paseo sonoro por La Pimienta donde, entre otras muchas enseñanzas, hemos aprendido que en la dehesa hay multitud de tesoros medioamabientales en distintos planos.
Para ver algunos, como los preciosos milanos hay que levantar la vista al cielo.
Hay otros que nos costaría reconocer aunque estén a la altura de los ojos, como los mestos (híbridos entre encina y alcornoque).
Sin olvidar aquellos que, a ras de suelo, corremos el riesgo de pisar si no caminamos con cuidado. Es el caso de las orquídeas, cuya forma y color disparan la imaginación de todo aquel o aquella que las observe.
Lo que se ve, lo que se toca, lo que se saborea,lo que se siente...Son muchos los estímulos que desde La Pimienta hemos querido hacerles llegar a través de la radio. Incluídos los que huelen, como los aromas de la plantas que crecen cerca del regato que embellece el lugar.
Cada cerca, con su encanto.
Cada miembro de la familia de Toni, Emilio y Amalia Gómez, con sus diversas formas de ponerle nombre a la generosidad:
Toni, describiendo sincera y apasionadamente cada palmo de suelo, dignificando cada tarea que se afronta en contacto con la poderosa naturaleza.
Emilio, al cargo del reportaje fotográfico, asumiendo con paciencia infinita el entusiasmo que desata en sus acompañantes esperar el canto de un cuco o registrar el sonido de insectos debajo de un galapero.
Amalia, en honor a las máximas más repetidas en La Pimienta, dedicación y cariño, haciendo lo propio con una deliciosa comida que compartimos entre risas como fin de fiesta.
Y así, debajo de una encina. Recreando la mirada y el reencuentro en una famliaridad a prueba de décadas, el sol de aquel va cayendo.
Tienen que acudir la brisa, la sombra y los sonidos cambiantes de la tarde a recordarnos que habían pasado horas y no minutos mirando...el todo. Aprendiendo a mirar, a escuchar,a percibir la dehesa.
Las vacas se acercan lentamente a Toni y a Emilio, que siguen sentados a la mesa.
Amalia y yo les miramos de lejos con la impresión de que el paisaje se está asomando a su propio espejo sin que quede nada claro que quien es quien. Como si fuera un lienzo impresionista donde aquello que nos trajo hasta aquí, la intuición de las influencias entre paisajes- profesiones- personalidades, se confirmara como certeza al mezclarse con colores, trazos y saberes heredados de tiempos remotos.
Saberes colectivos,generosos ,inacabados, y probablemente por eso, infinitos.
Las músicas que cierran la cancela de La Pimienta corren a cargo de Beta Radio (Realistic City Living), K.D. Lang (Helpless), Edward Sharpe & The Magnetic Zeros (Home), Love of Lesbian (Iglús, Fantastic Shine y Canción de vuelta), Victoria de la Vega (Dehesa, El bosque del lince Ibérico . Budapest Scoring Orchestra) . Y cómo no, de la madre naturaleza.