Muchos niños tienen y tendrán consecuencias a raiz del covid. La primera apodarles como "pandemials". Una situación que si no ha sido fácil para los adultos menos para los niños. Las relaciones sociales han empeorado en cuanto a la calidad y a la cantidad. Parques, fiestas y encuentros se han visto afectados en pleno desarrollo durante más de un año. La consecuencias ha sido entre otras, un aumento de demanda psicológica tanto de adultos como de niños con síntomas como la agorafobia, ansiedad o trastornos del sueño y del comportamiento.
Por otra parte, el abuso de las tecnologías se ha agudizado durante la pandemia en una etapa de habilidades introspectivas de regulación de tiempos, generando como consecuencia adicción, irascibilidad, discusiones en el entorno familiar y mala gestión de las frustraciones. ¿Cómo solucionar algunos de estos síntomas? Lo primero para poder volver a una cierta normalidad se recomienda el mantenimiento de rutinas y hábitos que generan estabilidad emocional y por consiguiente bienestar. Marcar los tiempos a lo largo de la jornada, conocer el orden de las actividades y los tiempos de actividades tanto de las escolares como del juego y sobre todo escucharlos cuando lo requieran.
En cuanto a la regulación del sueño, evitar no tener contacto con dispositivos electrónicos dos horas antes de ir a dormir, altera la actividad neurológica.