Como apasionada de la moda, disfruta igual cuidando con mimo esos tesoros de siempre de marcas tan emblemáticas como Chanel o Louis Vuitton, que rescatando para la posteridad unos pendientes de bisutería de su abuela que lució con orgullo en su propia boda. Es María Bote, @enbotedebote en redes, una almendralejense en tierras holandesas que ha conquistado con buen gusto y mejor hacer el corazoncito de las más de 350.000 personas que pasan por la Dutch Desing Week, la feria de la moda más prestigiosa de los Países Bajos.
Lo suyo es conservar exquisitez y perfección para siempre desde la restauración de piezas tan emblemáticas como su favorito: un bolso clásico de Chanel de 1991, que coincide con su propio año de nacimiento. Por eso, aunque su objetivo de trabajo es dotar a estas piezas de una segunda vida sacándolas a la venta "de éste en particular no voy a desprenderme nunca". Su proyecto tiene mucho sentido desde el nombre "Âme" (alma en francés) "porque cuando utilizas mucho un producto, al final éste tiene tantas historias detrás que acaba conteniendo un pedacito del alma de la persona. Poder seguir utilizando piezas de personas muy queridas para ti, hace que te acompañen de alguna forma en tu día a día".
Sus manos son tan mágicas que elevan la categoría del lujo, pero con los pies en la tierra nos ofrece un consejo de primera mano: "los zapateros tienen también un gran conocimiento del tratamiento de la piel y pueden ser nuestros mejores asesores cercanos a la hora de cuidar y recuperar una pieza".