Para quienes han nacido en Extremadura es difícil identificar qué es lo más auténtico de esta tierra...
Mimetizados con ella, posiblemente se normalizan multitud de matices que, ante ojos ajenos, son excepcionales.
Y así fue de hecho para las hermanas argentinas Cecilia e Inés, que en su visita para conocer España, y después de hacer turismo por todas las "joyas de la corona", llegaron a Rincón de Ballesteros. Y fue allí donde entre encinas, estrellas y churros, catalogaron su paisaje, su ritmo y a su gente, como "lo más puro de esta comunidad".
Un poco de contexto: Rincón de Ballesteros es un pueblo de colonización situado en la sierra de San Pedro. En 1953 lo poblaron 90 colonos y colonas que primero vivieron en chozos y más tarde en casas. Poco a poco sus habitantes crearon la identidad cultural de una localidad nueva, y la hicieron suya rodeados de un entorno natural impresionante. Hubo etapas en las que llegaron a estar censados más de 1.500 habitantes en la localidad. En este momento no superan los 80.
El cierre del colegio, hace 20 años, aceleró el abandono del lugar de multitud de familias. Le siguieron hace 8 años el cierre del comercio, y del bar.
En Rincón de Ballesteros no tienen cajero, el médico les visita cada dos días, el farmacéutico cada tres, y para que pare el autobús, deben viajar al menos dos personas.
La enumeración de los servicios que la localidad ha ido perdiendo al tiempo que se marchaban sus habitantes es larga. Y sin embargo, los rinconeros y rinconeras que quedan allí, tienen bien identificado todo lo bueno, bello y valioso que conserva el terruño que habitan. Tanto es así, que "los sin" con los que conviven no les parece que tengan el suficiente peso como para decidir marcharse:
Son la resistencia.
Cada martes por la tarde, Emilio visita la localidad. Lleva hasta el lugar su puesto de frutas y de churros. Ana Gragera aprovecha la reunión espontánea que eso provoca y acude para escuchar a Ezequiel, Antonia, Pilar, Lali, José, Juan, Natividad, Elena, Arturo, Francisco José, Beatriz, Maria, Paqui y al pequeño Álvaro. Julio López ha sido el mago que ha remasterizado sus voces.
Entre las compras y la espera de los churros, las experiencias y reflexiones de la vecindad nos dan las claves para comprender (y valorar) esa Extremadura llamada "vaciada"... y también para desgranar de manera colectiva las propuestas que podrían evitar que el Rincón termine por cerrarse.