Óscar Muñoz no olvidará el Día de Extremadura de 2024. Contradiciendo al título de aquella película de Óliver Stone y Al Pacino, este día 8 no fue un domingo cualquiera para él.
El canterano Villanovense volvía al césped para jugar un partido oficial. En los dos últimos años, Óscar prácticamente no había podido sentir lo que era estar en el banquillo, pelear por disputar minutos y recibir la mirada de su entrenador para que saltase al campo. Dos lesiones de larga duración lo habían impedido. Pero el domingo, ante el Antoniano, Óscar Muñoz volvió a jugar. Ya había disputado algunos minutos durante la pretemporada, pero insiste en que no es lo mismo "Jugar un partido oficial es diferente. Si un futbolista no juega 60 minutos en un amistoso no se va a cabrear, pero en un partido de liga, las cosas cambian", dice el serón.
Óscar Muñoz afirma haber pasado por un calvario, sobre todo al repetirse tras un año de lesión la misma circunstancia. "Fue muy duro. Se te pasa de todo por la cabeza. La segunda vez se te pasan muchas cosas". Para Óscar, los peores momentos fueron tras quirófano, esos dolores tras las operaciones y la imposibilidad de hacer nada.
Lo mejor, volver con el grupo y los apoyos. Ese apoyo llega ahora desde el banquillo. Dos años después, vuelve a estar a disposición de Gus y a tener su confianza y los primeros minutos.