En un estadio histórico y ante un ambiente de otra categoría, el Badajoz demostró su personalidad. No se arrugó, fue valiente, y lo demostró desde el minuto uno.
El trio atacante formado por Sergio Benito, Zelu y David Concha fue indetectable para la defensa deportivista. Los pacenses merecieron ponerse por delante pero fue el Dépor el que no perdonó. Alberto Quiles remató a placer un gran centro servido desde la izquierda por Héctor Hernández. Con el 1-0 se llegó al descanso.
La segunda mitad fue un monólogo del Badajoz hasta el punto de que Ian Mackay se convirtió en la gran figura del partido. La falta de puntería y las paradas del meta local evitaron que los pacenses consiguieran un premio que merecieron de inicio a fin.
En el partido con mejores sensaciones de lo que va de campaña, los de Óscar Cano no consiguieron puntuar. El próximo fin de semana, visitan al Real Unión de Irún.