Es la última perla de una cantera que no ha parado de sacar talento durante estos años. Su nombre ha explotado en el mapa: Alfonso Abreu. Lo ha hecho a la misma velocidad que entró el balón por la escuadra de Saavedra el pasado domingo.
La plantilla del Diocesano está hecha para estar arriba y lo están demostrando. Son candidatos al ascenso y él quiere tirar la puerta de una vez por todas.
"Sabía que me iba a costar mucho entrar en el once por la calidad que tienen todos mis compañeros. Poco a poco voy adaptándome", señala el jovencísimo jugador cacereño.
Alfonso ha ido creciendo y madurando como futbolista aunque no lo ha tenido nada fácil. Es el hijo del presidente y se ha ganado un hueco en el equipo con el mismo esfuerzo que el resto de sus compañeros. "Hay gente que piensa que eso es una ventaja. Yo no lo veo así, he tenido que trabajar igual que todos los demás".
Toda una vida defendiendo los colores del Diocesano y toda una vida al lado de Senso. El técnico fue entrenador de su padre, en el Arroyo. Consiguieron el ascenso a Tercera. Ahora, buscan revalidar la historia con un nuevo Abreu en el campo.