Badajoz
5 Junio 2020, 15:52
Actualizado 5 Junio 2020, 15:52

Cubren el manto de agua, impiden el paso de la luz y ponen en peligro las especies autóctonas. Hasta seis plantas exóticas invasoras encontramos en el Tajo y el Guadiana a su paso por Extremadura. La más peligrosa: el camalote o jacinto de agua. No sólo para el ecosistema, sino que también podría afectar a la calidad del agua o a la economía si llegase a los canales de riego. 

Pero, según el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Samuel Moraleda, ahora está controlado. En verano de 2018, se extendía a lo largo de 180 kilómetros, desde la desembocadura del Zújar a la frontera con Portugal. Actualmente, de manera masiva, no llega a 30 kilómetros, entre Villagonzalo y Mérida. 

La participación de la Unidad Militar de Emergencia, la UME, en su retirada ha sido fundamental. Ahora, existe una vigilancia continua para evitar su expansión. Aunque hay una estrategia para su erradicación, según Moraleda, su presencia en el río durante 15 años hace que sea difícil. En cualquier caso, dice, "este año desaparecerán todas las grandes manchas, la presencia aparente de camalote".


Nenúfar mejicano

Algo menos invasiva es el nenúfar mejicano, que se concentra en el tramo del Guadiana a su paso por Badajoz, unas 60 hectáreas. Se da en esta zona porque es donde encuentra lodos para enraizar. Y son, precisamente sus raíces, una de las dificultades para su eliminación.

La Confederación Hidrográfica del Guadiana vigila también la presencia de almeja asiática en zonas regables para que no obstruya ninguna conducción. Y ha detectado pez chino, por ejemplo, en el embalse de Alcollarín.


Azolla o helecho de agua

Una especie invasora que se encuentra en ambos cauces es la azolla o helecho de agua. En el Gudiana, en la zona de Medellín. En el Tajo, su presencia hacía saltar las alarmas hace un mes por su cercanía al Salto del Gitano, en Monfragüe. 

Como el camalote, el helecho de agua se reproduce con rapidez, ya que lo hace por esporas. Sin embargo, igual que llega desaparece. Y, según Ismael Sánchez, de Adenex, los técnicos de la Junta de Extremadura "indican que no está generando daños ambientales en la biodiversidad". 

Por último, la Confederación Hidrográfica del Tajo ha detectado también ludwigia, una especie de origen americano que se da, sobre todo, en charcas y embales.

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