9 Abril 2021, 16:49
Actualizado 9 Abril 2021, 16:49

Cuando en septiembre de 2017 el cantaor pacense Joaquín Expósito fallecía, su íntimo amigo Francisco Zambrano sabía que más tarde o más temprano dedicaría un libro a la figura de su compadre flamenco.

Ese día ha llegado y desde hoy 'El Niño de Badajoz' cuenta ya con una obra que lo reconoce como uno de los cantaores extremeños más destacados del cante jondo, y en particular emblema del cante jondo de la capital pacense.

Nacido en la calle San Lorenzo del Casco Antiguo pacense, Joaquín Expósito Izquierdo fue hijo de la también cantaora Julia 'La Extremeñita'. Empezó a cantar con apenas 11 años y a los 16 debutó con el Porrina de Badajoz en el teatro López de Ayala.

"Fue un niño toda su vida y se murió siendo un niño grande y entrañable"

"Fue un niño toda su vida, y se murió siendo un niño, un niño grande, entrañable, una buenísima persona", ha explicado el flamencólogo Francisco Zambrano en la presentación de su libro, que ha editado el Área de Cultura de la Diputación de Badajoz.

Zambrano lo define como "el último bohemio del flamenco extremeño" y, en su opinión, Expósito es uno de los cantaores extremeños más internacionales, en el sentido de haber hecho su carrera en el centro de Europa, donde tras tener que emigrar pasó más de una década.

Referente de los cantaores jóvenes

Francisco Zambrano lo tiene claro. 'El Niño de Badajoz' hizo "una labor didáctica importantísima con los jóvenes, tanto cantaores como guitarristas", destaca, y cita como ejemplo de ello al también cantaor pacense Francisco Escudero, 'Perrete', de 29 años.

El 'Perrete' lo corrobora para Canal Extremadura. "Me aportó mucha frescura a la hora de comprender el oficio", asegura antes de improvisar uno de los cantes singulares de Joaquín Expósito.

Proceso muy emocional

Sobre el libro, Zambrano ha reconocido que su escritura tiene "un fuerte componente emocional" por la amistad que le unía con 'El Niño de Badajoz', con el que compartió innumerables veladas en la Asociación de Arte Flamenco de Badajoz y en la Tertulia Flamenca Porrina de Badajoz, entre otros lugares.

"Él lo que quería era cantar y que lo apreciaran"

"Siempre dispuesto a cantar donde fuera, él lo que quería era cantar y que lo apreciaran", subraya Zambrano, al que siempre le gusta rememorar las entrañables noches junto a Expósito los Jueves Santo en Fuente de Cantos, cuando le cantaba saetas al Nazareno y a la Virgen de las Angustias.

Ahora, con este libro, será más fácil recordar al compadre y tenerlo presente. Una obra que además incluye un cedé con sus cantes fuertes, como la soleá, la seguidilla o los cantes de Cádiz.