La nueva normalidad también ha llegado a la Iglesia, pero algunas de las medidas de protección sanitaria siguen vigentes.
Las misas aumentan su aforo hasta el 80%, pero se mantienen medidas relacionadas con las 6M como el uso de mascarilla y la distancia social. Precisamente esta distancia ya no será señalizada, pero será obligatorio respetarla.
Tampoco volverá el contacto físico en la paz. Los feligreses tendrán que seguir sustituyendo el tradicional apretón de manos por una reverencia a quienes tiene cerca.
La comunión se seguirá dando en la mano y previamente el feligrés deberá haberse lavado las manos con gel hidroalcohólico.
En cuanto a los confesionarios, seguirán como a esta hora. Es decir, seguirá habiendo pantallas entre el sacerdote y el feligrés y esta pantalla deberá ser limpiada una vez acabe la confesión.
Con la nueva normalidad, eso sí, volverán los coros, los lectores y los ministros extraordinarios.
