En nuestro viaje por las aguas dulces de Extremadura, nos dirigimos hacia una de las mayores reservas de agua de la provincia: el embalse de Alange.
Este pantano cuenta con más de 850 hectómetros cúbicos de capacidad y una superficie de más de 5000 hectáreas. Y aquí, en Alange, vamos a hacer un alto en el camino para descubrir junto a Ana López, técnico de la Oficina de Turismo, los rincones de esta localidad cuyo balneario forma parte del conjunto arqueológico de Mérida declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.
Y, como no podía ser de otra manera, comenzamos nuestro paseo en la fuente de la entrada principal, un monumento al agua. Continuaremos nuestra ruta por una de las principales arterias del pueblo, la calle de la Encomienda, donde se encuentra la casa del mismo nombre, que ubicaba en su interior a la Orden de Santiago.
Caminamos un poquito más hasta la plaza donde podemos admirar la iglesia de Nuestra Señora de los Milagros, un monumento de estilo gótico-mudéjar que data del año 1550.
Y terminaremos nuestra visita en el Centro de Interpretación del Agua que ocupa el antiguo lavadero, otro espacio que hay que visitar.