El Lince 3.0: Al-joleo, campo y cocina
Viernes, 1 Abril 2022

Llegar hasta las puertas de Jola es ir a la búsqueda del tiempo perdido, un pequeño valle que abarca, entre serranías y riberas, unas siete mil hectáreas de terreno delimitado al suroeste por una raya invisible. Esta población aislada, donde quedan cada vez menos almas, sigue propensa a las sorpresas. Como su renovado Asador, que de cara al comensal restaura el valor simbólico del placer del viaje y la recompensa del comer sin prisas, reabriendo la identificación cultural entre rayanos y las gentes de paso. Abierto solo fines de semana y fiestas de guardar, está en manos de mujeres y hace suyo un relato de orígenes, de los minuciosos recuerdos de la infancia.

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