La casa del escultor Jesús Díaz “Machaco” tiene muchas particularidades, entre otras, que son dos casas. Y es que Jesús tiene una casa para vivir y otra, "para pensar". En la primera rinde culto al cuerpo y en la segunda, al alma. Ambas llenas de la impronta de un cauriense que desempeña con disciplina su oficio de artista. “La casa de chocolate” es una vivienda prefabricada de madera ubicada en el entorno del pantano de Alange. El nombre se lo pusieron los hijos. Tienen cinco y también un trabajo muy estresante, por lo que encontraron en esta casa un lugar de desconexión con el mundo y de conexión con la familia. Las casas de la calle Real de Cañaveral fueron posadas para atender a los pastores de la trashumancia. La de Rosario es una de las pocas que quedan. La heredó de la familia y con mucho cuidado la rehabilitaron respetando estancias y materiales. En una parcela de Villalba de los Barros Antonio y su familia se propusieron construir una casa que, si algún día se derrumba, no contamine. Para ello han usado paja, cañas, barro, madera y mucho corazón. Esta pareja de maestros tiene la casa llena de rincones, incluido “el rincón de no pensar”.
Con Ana Carretero y Ramón Gato.