Trabajar y vivir en el mismo espacio es cada vez más habitual. A veces el trabajo se adapta al hogar y otras veces hay que adaptar el hogar al trabajo. En este capítulo conocemos cómo es trabajar en una casonarenacentista de Trujillo, vivir en una casa prefabricada en Don Benito y trabajar diseñándolas, vivir en un palacio en Villamiel y trabajar en su huerto y vivir y trabajar en casa de una interiorista de Santa Amalia.
Ana vive y trabaja en el palacio Chaves Calderón, en Trujillo, un edificio renacentista valorado en más de tres millones de euros. Su trabajo es mantener las dependencias y atender a los clientes que se alojan en él. ¿El mejor trabajo del mundo? Ella dice que sí. Después, estaremos en Don Benito, donde Santiago tiene una empresa que diseña y construye viviendas prefabricadas. Y, claro, ha aprovechado que tiene enchufe para hacerse una bien chula.
En las traseras de un robusto edificio del siglo XVII, en el corazón de la Sierra de Gata, en Villamiel, tiene su huerto ecológico Natalia. El palacio es su centro de operaciones y también da nombre a sus productos.
En Santa Amalia se hace bueno el refrán de 'En casa de herrero, cuchillo de…hierro'. Judith Puerto es interiorista y tiene su estudio en su casa. Y precisamente su casa es su mejor catálogo de presentación profesional. Todo en su vivienda tiene su porqué.
Y en Valencia de Alcántara conocemos a una persona para la que sus caballos son su vida. Mantener la categoría de su yeguada necesita mucho esfuerzo y mucho sacrificio. Hasta el punto de que nuestro protagonista vive y trabaja junto a sus caballos, en un precioso cortijo.
Con Ana Carretero y Ramón Gato.