Juan Antonio Senso Rodríguez, montanchego de 63 años, trabaja desde hace tres décadas para el Ayuntamiento de su pueblo, primero como barrendero y más tarde como enterrador. Antiguamente, no existía la figura de enterrador, sino que un albañil y un peón como ayudante hacían las tapias para los nichos. Juan Antonio iba alguna que otra vez a ver cómo las hacían, cómo cortaban los ladrillos y los colocaban sobre la superficie. Al hacer la prueba para sacar la plaza de enterrador ya sabía cómo tenía que hacerlo. Juan Antonio reconoce que no todo el mundo vale para un trabajo como este: "los primeros días me temblaban las piernas de los nervios", pero los conocimientos que adquirió de pequeño le vinieron muy bien para poder desenvolverse. Juan Antonio nos explica que ya no se lapida con ladrillos como antes, sino que se utiliza una chapa de metacrilato, una pieza entera que se corta a la medida del nicho y que se pega con silicona. Juan Antonio le añade algunas púas de acero para que se quede completamente tapado. Además, nuestro protagonista trabaja en un cementerio que fue elegido en 2015 como el mejor de España según la revista Adiós Cultural, por su belleza y limpieza, y por sus espectaculares vistas.
Juan Antonio Senso: la vida de un sepulturero
Martes, 30 Mayo 2023