La gestión cinegética bien implementada ayuda a mantener la diversidad biológica, garantizando que las especies no sean explotadas de manera insostenible. Las regulaciones estrictas sobre las temporadas de caza y las cuotas permitidas para cada especie evitan la sobreexplotación y promueven la regeneración de las poblaciones animales. Esto es esencial para evitar la extinción de especies que juegan roles específicos en sus ecosistemas.
La caza sostenible, cuando está bien gestionada, es una herramienta que ofrece importantes beneficios económicos a las comunidades locales. Las licencias de caza, los permisos y el turismo cinegético generan ingresos que pueden ser reinvertidos en la conservación de la naturaleza y el desarrollo comunitario. Además, fomenta una mayor concienciación sobre la importancia de proteger el medio ambiente y sus recursos.