En las monterías del ciervo y el jabalí, se usan rehalas que están compuestas por un número entre 10 y 12 colleras de perros en parejas. La cantidad de canes a utilizar depende de la extensión de monte a batir. Estos perros cazan en equipo y utilizan olfato, vista y oído para detectar a sus presas. Generalmente no rastrean o rastrean muy poco, tendiendo a captar el olor directo del animal a través de la brisa con el hocico alto.
En este tipo de monterías su caza debe de ser lenta, esperando a los perros que regresen de sus largas carreras tras los ungulados, para poder llevar la mano bien y poder levantar todos aquellos jabalíes que se han quedado aplastados por el paso de los perros en carrera.