La creatividad de este vecino de Alcuéscar no tiene límites. Instrumentos musicales, artesanía con madera, corcho y piedras, e incluso un matamoscas fabricado con la cola de un toro utilizado por su abuela para espantar las moscas mientras cocinaba. "Quien lo ha visto ha cargado con él y se lo ha llevado a países fuera de España".
También descubrimos una de las piezas más especiales y emotivas de la colección de Vicente, una mazorca de maíz que le recuerda a la niña saharaui que vivió con ellos durante 5 años.