Hay historias que demuestran que el fútbol va mucho más allá de lo que parece. Nos llega desde Villanueva de la Serena y tiene como protagonistas a Martín, un niño invidente con una pasión clara: jugar al fútbol, y a Manuel Jardón, el entrenador que le ayuda a perseguir su sueño.
El vínculo entre un entrenador y su jugador puede llegar a ser muy especial, pero pocos son tan intensos como el que se ha creado entre ellos. La falta de visión no ha frenado a Martín, que entrena cada día para mejorar y superarse sobre el terreno de juego.
Para acompañarlo en ese camino está Manuel Jardón, jugador del Calamonte y hasta hace poco entrenador en las categorías inferiores de La Cruz Villanovense, equipo que decidió dejar para centrarse de lleno en la preparación de Martín. Una experiencia nueva para él, pero también exigente, en la que el trabajo, la paciencia y la confianza son claves.
Ambos ya se preparan para su primer gran reto: una competición por equipos que se celebrará en Sevilla en las próximas semanas. Un objetivo para el que Martín, aseguran, ha mejorado notablemente gracias al trabajo conjunto.