Hoy conocemos la historia de un joven brasileño que ha heredado de su padre la pasión por el fútbol sala. Ambos, padre e hijo, comparten nombre: Edinho. El primero la rompió en Cáceres a finales de los años 80. El segundo, su hijo, busca seguir sus pasos.
El chaval, tras intentarlo en el fútbol once con el Diocesano y el Amanecer, recaló en el filial del CDC San José y no ha tardado mucho en derribar la puerta del primer equipo. Es en ese equipo don ahora comparte vestuario con su padre, segundo entrenador.
El mítico jugador brasileño se siente tremendamente orgulloso de ver a su hijo sobre el parquet. Incluso reconoce que hay gestos que le recuerdan a él pese. Ambos, uno desde la pista y otro desde el banquillo, buscan hacer más grande al CDC San José.