Posiblemente, el encuentro de esta tarde en el estadio Príncipe Felipe haya sido uno de los más apagados que se recuerdan en los últimos años. Cacereño y Ourense firmaron un empate sin goles (0-0) en un partido sin apenas fútbol, sin ocasiones claras y con muy poco aliciente para los aficionados que se dieron cita en las gradas.
El punto conseguido es, prácticamente, la única nota positiva de un choque marcado por la falta de ritmo, de ideas y de emoción. Tras el encuentro, el entrenador, Julio Cobos, decía que "no es lo que queríamos, pero bueno, seguimos sumando, siempre que se suma es importante, y estamos un poquito más cerca de cumplir el objetivo".
A este escenario hay que sumar el mal estado del césped, que volvió a ser protagonista negativo. Es el segundo partido que se disputa en el Príncipe Felipe en apenas dos semanas, y el terreno de juego sigue sin mostrar una mejora significativa. La imagen que ofreció esta tarde fue preocupante, dificultando aún más el desarrollo del juego.
La afición, fiel como siempre, asistió a un partido que no estuvo a la altura de las expectativas. El equipo deberá recuperar sensaciones y mejorar tanto en juego como en resultados si quiere mantenerse competitivo en una categoría cada vez más exigente.