Una mirada inteligente y divertida del mundo que nos rodea, siempre con el acento puesto en Extremadura.
Con Antonio León y José Manuel Bañegil
Una mirada inteligente y divertida del mundo que nos rodea, siempre con el acento puesto en Extremadura.
Con Antonio León y José Manuel Bañegil
Como viene siendo habitual todos los miércoles, hoy es miércoles (mentira, estamos subiendo esto un jueves). Y como cada miércoles vuelve este programa que ya no sabemos cómo calificar. Juanki se hunde en un mundo de tinieblas y se va al carajo; Iris intenta remontar pero no le sale del todo y Manu actúa como si la cosa no fuera con él y nos hace una sección totalmente normal después de lo vivido.
En pleno casco histórico de Badajoz, en la plaza de la Soledad, se alza un edificio cargado de historia y memoria colectiva: Las Tres Campanas. Su origen se remonta a 1899, cuando el empresario local Luis Ramallo Figueredo encargó su construcción como almacén de telas. El arquitecto y maestro de obras — Curro Franco y Adel Pinna, respectivamente — dieron forma a lo que pronto sería un referente comercial.
Con el paso del tiempo, el inmueble evolucionó: de almacén de tejidos pasó a grandes almacenes, hasta convertirse en la célebre juguetería “Las Tres Campanas”, un lugar cargado de nostalgia donde generaciones de pacenses vivieron su infancia soñando entre juguetes.
La historia del edificio estuvo marcada por el desastre: un incendio devastador en diciembre de 1911 que destruyó gran parte del inmueble.
Entre 1916 y 1921, bajo el nuevo proyecto del ingeniero — identificado también como Francisco “Curro” Franco Pineda — y con la dirección de obras de Adel Pinna, se reconstruyó casi desde los cimientos. Fue entonces cuando se instaló lo que sería el primer ascensor de Extremadura — un montacargas con cinco paradas — un avance tecnológico que convirtió al edificio en un hito moderno para su época. Este renacimiento devolvió al inmueble su esplendor, respetando su arquitectura y dotándolo de una estructura sofisticada: fachadas de corte decimonónico, interiores de madera y hierro, artesonados, escaleras, suelos de época, decoraciones detallistas… Un ejemplo de ese comercio urbano señorial que marcó una época en Badajoz
Durante décadas, Las Tres Campanas fue sinónimo de ilusión infantil. Sus escaparates mostraban los primeros Scalextric que vieron muchos en Badajoz, juguetes colgando del techo, escaleras repletas de cajas y vitrinas… Fue un lugar de paso obligado para muchas familias.
Pero esa era de esplendor decayó: la juguetería cerró sus puertas en 2003. El edificio pasó entonces a manos de una entidad bancaria — la Caja Rural de Extremadura — que planeó convertirlo en su sede.aunque finalmente nunca lo hizo
Durante años quedó en un limbo de abandono — ocasionalmente reabierto para eventos puntuales como la “Noche en Blanco” — pero sin recuperar su antiguo esplendor.
En 2007 la Familia Guerrero adquirió el edificio con la intención de devolverle vida. Tras muchos años de proyecto, permisos, retos técnicos y cariño por el patrimonio, comenzó una rehabilitación profunda. Una obra meticulosa destinada a conservar al máximo los elementos originales: escaleras, suelos, artesonados, estructuras en hierro y madera, la gran claraboya, los antiguos ascensores — aunque sin ponerlos en servicio — e incluso la maquinaria del reloj histórico con sus célebres “tres campanas”. El edificio histórico se conectó con un edificio contiguo (donde había antiguamente almacén) para albergar un hotel boutique: 15 habitaciones distribuidas en varias alturas, y espacios sociales: cafetería‑cervecería, restaurante, salones de eventos, zona de copas y una terraza chill‑out con piscina, que aprovecha la azotea y ofrece unas vistas privilegiadas.
En abril de 2024 el establecimiento abrió sus puertas oficialmente rescatando una parte de la historia y la memoria colectiva de los pacenses.
Este jueves, 27 de noviembre, se celebra el Día del Docente, que en Extremadura es una jornada no lectiva, junto con el viernes. Una cita que llega marcada por los datos preocupantes del último informe del Defensor del Profesor del sindicato ANPE. Alertan de un deterioro creciente del bienestar emocional del profesorado.
El informe habla de una "cronificación del malestar" que se desglosa, principalmente, de la sobrecarga burocrática y la falta de recursos humanos y materiales. Ana Bravo, defensora del profesor de Extremadura de ANPE, explica que cada vez se les exige más con menos recursos.
El sindicato, a través de su servicio de atención al profesorado, atendió en el curso pasado alrededor de medio centenar de casos, una cifra superior al de años anteriores. Aún así, Ana Bravo puntualiza que solo les llega un pequeño porcentaje, pues acuden al sindicato como último recursos. En cifras, el 60% de los profesionales atendidos presentaba ansiedad y un 26% acabó de baja médica, especialmente los docentes veteranos.
ANPE destaca también un incremento de las faltas de respeto, las falsas acusaciones por parte de algunas familias. Esto conlleva problemas de convivencia en las aulas, unas situaciones que se agravan con las redes sociales. "Se convierten en herramientas dañinas para este tipo de situaciones y el profesorado acaba envuelto en falsas acusaciones, e incluso denuncias falsas", añade Ana Bravo.
Otro de los problemas más frecuentes es la sobrecarga de trabajo, principal motivo de estrés. Los docentes asumen tareas administrativas que tienen que ver con la matriculación de los alumnos, de comedor escolar o transporte, entre otras. Ana Bravo pone como ejemplo la figura del coordinador de bienestar, una responsabilidad que asume un/a profesor/a, pero sin descarga de otras horas que dedica a su labor de docencia directa y sin ningún apoyo económico.
Todo ello contribuye, según ANPE, a un deterioro emocional de los docentes, que afecta tanto a la estabilidad de los profesores como a la calidad educativa. El sindicato insiste en la necesidad de más recursos, personal administrativo y respaldo institucional para frenar un problema que ya es estructural.
Maestra dando clases
La Jornada Regional de Salud Mental en discapacidad intelectual o del desarrollo es un encuentro que ha reunido a más de 130 profesionales en Mérida con el objetivo de avanzar hacia un modelo de atención más humano, centrado en la persona y no en las etiquetas que aún persisten en la discapacidad intelectual. Bajo el lema “Truco o trato”, la cita ha puesto el foco en la necesidad de cambiar la mirada tanto en los profesionales como en la sociedad.
En el evento han participado trabajadores del área de Salud Mental de Plena Inclusión Extremadura, el Servicio Extremeño de Salud (SES) y el SEPAD, que han asistido a cuatro ponencias impartidas por especialistas. Entre ellas, la psicóloga Natalia Díaz, del Instituto de Asistencia Sanitaria de Girona, quien ha explicado que su proyecto busca mejorar la comunicación entre profesionales y personas con discapacidad: “Que sepan explicar lo que les pasa y que los profesionales sepan entenderlo”.
Las jornadas han servido para reflexionar sobre la importancia de escuchar y acompañar, priorizando las necesidades reales de cada persona. Miguel Ángel y Belén, psicólogos de Plena Inclusión Extremadura, han destacado que estas sesiones ayudan a interpretar conductas y a aplicar nuevos enfoques en la atención diaria: “No es que la persona quiera fastidiar, está intentando decir algo y hay que saber traducirlo”.
El encuentro concluye con un mensaje claro: cuidar la salud mental empieza por aprender a escuchar y ofrecer apoyos que respeten la individualidad.
En el evento han participado trabajadores del área de Salud Mental de Plena Inclusión Extremadura, el SES y el SEPAD.
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Una mirada inteligente y divertida del mundo que nos rodea, siempre con el acento puesto en Extremadura.
Con Antonio León y José Manuel Bañegil
Roberto Forés dirige un repertorio de resonancias nórdicas y el debut de Justina Gringytė con la Orquesta de Extremadura, con obras de los finlandeses Outi Tarkiainen y Jean Sibelius, flanqueando a los Kindertotenlieder de Mahler con la desgarradora voz la mezzosoprano lituana. Serán en Badajoz y Mérida, los días 27 y 28 de noviembre, a las ocho de la tarde en sus respectivos palacios de congresos. Charlamos con Forés.
El Diario Oficial de Extremadura (DOE) publica este miércoles la convocatoria de subvenciones de la Junta de Extremadura destinadas a promover la inclusión social y fomentar el voluntariado en la región. Los proyectos deberán ejecutarse durante el año 2026.
El objetivo es financiar programas de atención social que, bajo los principios de atención personalizada e integral, desarrollen actuaciones para cubrir necesidades básicas o impulsar la promoción social de colectivos en situación o riesgo de exclusión. Entre ellos se encuentran personas sin hogar, reclusas o exreclusas, inmigrantes, refugiados, víctimas de violencia de género, personas afectadas por VIH-sida o pertenecientes al colectivo LGTBIQ+, entre otros.
La convocatoria para inclusión social cuenta con un crédito de 800.000 euros, procedentes de fondos autonómicos, y se estima que beneficiará a cerca de 24.000 extremeños. Podrán optar a estas ayudas las entidades del Tercer Sector de Acción Social y la Cruz Roja Española en el ámbito regional.
Por otro lado, la línea destinada a proyectos de promoción del voluntariado social busca financiar total o parcialmente programas de sensibilización, apoyo, formación e intervención social. Los beneficiarios serán entidades privadas sin ánimo de lucro con sede o delegación en Extremadura, cuya figura jurídica sea fundación, asociación o federación, y cuyos estatutos contemplen la promoción del voluntariado.
Este segundo bloque cuenta con un presupuesto de 200.000 euros, con el que se espera llegar a unas 160.000 personas. Los proyectos deberán desarrollarse en el ámbito autonómico y podrán presentarse en las próximas semanas conforme a los plazos establecidos en la convocatoria.
El DOE publica este miércoles la convocatoria de subvenciones destinadas a promover la inclusión social y fomentar el voluntariado en la región.
El Defensor del Profesor en Extremadura advierte del deterioro emocional del profesorado por la sobrecarga burocrática y la falta de recursos, el aumento de faltas de respeto y falsas acusaciones por parte de las familias. Es una de las conclusiones de la Memoria del curso 24/25, que reflejan, según su responsable, Ana Bravo, "un claro deterioro de su bienestar".