Mantener vivo el legado que nos dejaron las diferentes culturas que pasaron por nuestros pueblos es la idea de la que parte este curioso taller de costura en Aliseda, en el que un numeroso grupo de vecinas está aprendiendo a hacer trajes nada menos que tartésicos. Y presten atención a la historia de Laurentino, un apasionado de la naturaleza que empezó haciendo fotos de animales hasta que un día decidió plasmar estas escenas en un lugar nada común: las propias cornamentas de los ciervos que encontraba en el campo. Seguimos disfrutando de la naturaleza extremeña pero ahora desde un punto de vista turístico, gracias a estos singulares alojamientos situados en el entorno de la Sierra de San Pedro, en los que se combinan chozos y caballos. Y hoy terminamos con tres palabras y un dicho que seguro que conocéis: "Quién no diga jacha, jigo y jigera no es de mi tierra". Pues en torno a él gira la idea de negocio de Juan Diego, que ha conseguido llevar esta expresión desde Santa Amalia por todo el mundo.

Con Isa Casilda.

Meses atrás nuestra cabrera de Valencia del Ventoso bautizó a Emilio de Justo, un macho que por aquel entonces no alcanzaba los 7 kilos. Hoy volvemos a visitarlo porque va a convertirse en uno de los nuevos sementales gracias a sus buenas condiciones físicas y hay que moverlo de corral, aunque no va a ser una tarea fácil. Regresamos al cebadero de los Mellis para asistir al primer examen práctico de Pirri. Hoy, nuestro pastor de cochinos, tiene que conseguir que los lechones salgan al patio exterior y hacerse con el respeto de la piara. Por supuesto, bajo la atenta mirada de sus dos examinadores, que a pesar de que les encanta dar la nota, no logran ponerse de acuerdo en la calificación final. En Malpartida de Cáceres, María y Javi se disponen a realizar tareas de limpieza en la dehesa con la inestimable ayuda de “La Niña”, el flamante tractor de nuestra ganadera. Isabel y Lidia nos muestran la única obra de albañilería que han logrado acabar con éxito: su pila. La construyeron para desinfectar las pezuñas de las ovejas y, la diseñaron tan ancha, que no hay oveja que logre sortearla.

Disfrutamos de la naturaleza extremeña desde un punto de vista turístico gracias a estos singulares alojamientos situados en el entorno de la Sierra de San Pedro, en los que se combinan chozos y caballos.

Mantener vivo el legado que nos dejaron las diferentes culturas que pasaron por nuestros pueblos. Esa es la idea de la que parte este curioso taller de costura en Aliseda, en el que un numeroso grupo de vecinas está aprendiendo a hacer trajes nada menos que tartésicos.

Atención a la historia de Laurentino, un apasionado de la naturaleza que empezó haciendo fotos de animales hasta que un día decidió plasmar estas escenas en un lugar nada común: las propias cornamentas de los ciervos que encontraba en el campo.