Soraya lo tuvo claro desde el primer momento que conoció a Julián: su sabiduría y sus vivencias deberían quedar para la posteridad. De ahí este libro. 

La subida de la incidencia COVID debido a un brote en un instituto ha obligado a las autoridades sanitarias a aplicar el cierre perimetral en la localidad. Ha sido un verdadero jarro de agua fría sobre los vecinos. 

Hay poca cosas como el pan de pueblo de toda la vida. En este horno hacen su pan como se ha hecho siempre desde hace tres generaciones. Poco ha cambiado en la manera de trabajar y eso se nota en el sabor. 

En la Finca Pascualete de Santa Marta de Magasca están las ovejas de las que se sacan la leche de los quesos de la condes de Romanones, muy reputados en el mundo entero. Estuvimos allí para conocer algunos de sus secretos. 

Siempre interesante, la labor  de los apicultores es muy importante en Extremadura. Nuestra región es una gran productora de miel. Hoy es Paco el que se desplaza hasta la Arroyo de San Serván para conocer una explotación de abejas. 

Fundada en el 2004, a través de su abuelo, "que era muy aficionado a los toros y fue el que lo introdujo en este mundo", la Peña Taurina de Alejandro Talavante en Puebla de Sancho Pérez, lleva acompañando al torero desde sus inicios.

Actualmente hay unas 60 personas dentro de la Asociación, engalanada con fotos de cuando comenzó a torear, sus primeros carteles, como el de su debut como novillero en Madrid: "no cortó orejas pero triunfó, a raíz de ahí fue un boom". Además, también cuentan con una pieza muy especial para ellos, la de la cabeza del toro que mató en su alternativa en Madrid, donde compartía cartel con figuras como El Julio y Manzanares. 

Fueron más de 55 años los que Laly estuvo elaborando los mejores dulces de Puebla de Sancho Pérez. Entre su poblado repertorio de delicias había magdalenas, perrunillas, bizcocho, galletas e incluso dulces "para no pecar": sus característicos aceitados de Semana Santa; donde se suprime "la manteca de cerdo por el aceite y entonces en el tiempo de Cuaresma no se peca".

De ellos nos hablan Antonio y Jose, hijos de Laly e integrantes de la tercera generación de pasteleros, que ahora están al frente del negocio familiar que su abuela inició. Muchos años después, y a un ritmo de 4.000 magdalenas diarias, siguen apostando por aquella receta con la que todo empezó.