Cinco días después de haber recuperado su piso, todavía Raúl hace inventario de los daños causados por los okupas. En en salón falta la Smart TV que le compró a los inquilinos, pero también un armario de tres puertas, una cama de matrimonio o el lavavajillas nuevo de la cocina. A eso hay que sumar los enseres que tenían dentro los estudiantes y que se han llevado los okupas como ropa, dos ordenadores y hasta los apuntes.
Solo el valor de los enseres que tenía el propietario superan los dos mil euros, pero además hay que sumar los daños provocados. En una de las habitaciones vemos un armario desmontado y roto por un lateral. "Se lo iban a llevar y estaban desmontándolo, pero no les ha dado tiempo", nos cuenta Raúl, el dueño del piso. Y es que el propietario intentó mediar con los okupas antes de poner la denuncia, e incluso les permitió quedarse dos días más. Unos días que al final no se cumplieron porque la presión de los vecinos llevó a los okupas a abandonar antes el piso. "Menos mal, porque si les dejo esos dos días me hubieran desvalijado la casa", asegura Raúl.
Desahucio exprés
Hoy, con la denuncia de la Policía Nacional en la mano, el propietario del piso okupado en la calle Altozano reflexiona sobre lo ocurrido. Para él, la única solución para acabar con la okupación es que se permita el desahucio exprés. "Si es una ocupación ilegal, las personas que están allí deben ser echadas, y es lo único que funciona, porque todo lo que sea con la mediación de un juez, exprés o no exprés, en España no funciona", concluye.
Hoy, Raúl solo quiere olvidar la pesadilla cuanto antes. Por eso ha renunciado a volver a alquilar el piso, que tiene alarma y cerradura nueva, para ponerlo a la venta.
