El madrileño Fernando de la Fuente lleva desde los 14 años sin tener un hogar al que volver. Ha pasado 10 años en prisión y desde hace algo más de un mes vive en el albergue de Cáritas de Badajoz. Antes ha viajado por todo el país, desde la costa Cantábrica hasta el Mediterráneo.
"Hace años era delincuente, acabé en prisión y cuando salí me di cuenta de que había desperdiciado mi vida", confiesa Fernando, que asegura que quedó enganchado en la droga a mediados de los 80 por culpa de seguir "falsos ídolos". "Nuestros padres nos querían dar lo que ellos no tuvieron, trabajaron mucho, pero descuidaron a las familias", reflexiona el poeta. Su drogadicción le llevó a robar coches y delinquir, por ello acabó en la cárcel. Allí se dedicó sobre todo "a realizar deporte y a leer", asegura.
"Hace años era delincuente, acabé en prisión y cuando salí me di cuenta de que había desperdiciado mi vida"
Un poeta bajo rejas
Por esa afición a la lectura y el amor por Bécquer y Machado, "decidí hacer algo con lo que me pudiera ganar la vida y que no fuera un trabajo. Por eso hago poemas y los vendo a un céntimo". Con esa pequeña cantidad consigue el suficiente dinero para poder comer y comprar tabaco.
Mientras improvisa poemas en la calle busca un hogar al que volver cada día. Quiere una segunda oportunidad y la espera, de momento, en el albergue de la calle Bravo Murillo de Cáritas, en Badajoz.