Un arco anticovid a la entrada, turnos en el comedor o itinerarios marcados en pasillos para evitar contagios. Así será el día a día de los 148 estudiantes que este año convivirán en la Residencia Universitaria Hernán Cortés de Badajoz. Hoy arranca en ella un curso atípico, marcado por protocolos y estrictas medidas de seguridad e higiene.
Llegada escalonada desde hoy
Los estudiantes comenzarán a llegar de forma escalonada, desde tarde hasta el próximo miércoles. A todos se les realizará test rápidos y además para acceder a las instalaciones, deberán pasar por un arco desinfectante que se ha instalado en la entrada y que además controla la temperatura y el uso de la mascarillas.
No serán las únicas normas que tendrán que seguir. También se han establecido turnos y aforo limitado en el comedor y en los baños, y se han cerrado salas comunes como la de televisión, la de juegos o el gimnasio. Sí se mantiene la biblioteca, la sala de estudio o la de informática y se ha reforzado la red wifi, en previsión de que los residentes tengan algunos periodos de clases online por la pandemia.
"Apelamos a la responsabilidad de los residentes, ya que el riesgo cero no existe"
Desde la Dipuatción de Badajoz, que gestiona esta residencia, señalan que han tomado todas las medidas con el claro objetivo de reducir al máximo el riesgo de contagio por COVID-19. Pero según apuntaba hoy en la presentación de las novedades del curso, la diputada provincial de la residencia, Cristina Valadés, "el riesgo cero no existe" por lo que apelan a la responsabilidad de los residentes.
En caso de positivo
La residencia ha habilitado una sala de aislamiento con ventilación y baño propio, por si hubiese algún positivo. En ese caso, como exige el protocolo, se informará de forma automática a las familias y al 112, y se actuará según las pautas establecidas, por la Dirección de Salud Pública.
Por el momento, en el centro se mantendrán las habitaciones dobles, pero no las actividades complementarias que solía celebrarse en cursos anteriores.