La visita, el próximo mes de abril, de una delegación asiática formada por alcaldes de las ciudades sagradas del budismo, es el siguiente paso de este proyecto en el que se embarcó la Fundación Lumbini hace ya cinco años y que no deja de avanzar poco a poco. Su presidente, José Manuel Vilanova, confirmaba en nuestro magazine de radio, El Sol Sale por el Oeste, que se trata de un proyecto a largo plazo, que llevará entre 7 y 10 años desarrollarlo, y que no está exento de complicaciones.
Un gran reto, consideraba, ya que deben ponerse de acuerdo culturas distintas y que, sin embargo, va por buen camino y está muy avanzado "si hemos llegado hasta aquí, y han sido cinco años de mucho esfuerzo y mucho trabajo, estoy convencido de que continuaremos y es poquito ya lo que nos queda para poder terminar de asentar los primeros pilares", explicaba.
El objetivo es propiciar un encuentro entre oriente y occidente, en el que hay que salvar muchos obstáculos, insistía, pero en el que existe también la "voluntad firme" de llevarlo a cabo, insistía José Manuel Vilanova.
Tierra Santa
La próxima visita de los alcaldes de las ciudades sagradas del budismo, que traerán tierra de sus ciudades, pretende simbolizar precisamente su unión con la tierra extremeña, para que los países asiáticos puedan reconocer a Cáceres como una ciudad sagrada y abierta a su cultura, "vienen con tierra santa, que la han recogido para traerla al Museo Pedrilla -donde se encuentra actualmente la imagen de Buda-, donde se quedará depositada hasta que se ponga la primera piedra del año que viene" apuntaba.
José Manuel Vilanova ha insistido en los beneficios de un proyecto trasversal, de cultura, de historia, de relaciones, "que solo traerá cosas buenas", ha señalaba, no solo para Cáceres y para Extremadura, ya que también permitirá que "la Marca España sea reconocida en el continente asiático", un continente, añadí, con el que debe relacionarse más nuestro país.