La Fundación Lumbini Garden se da de plazo hasta final de este año para que el proyecto Gran Buda avance y se desbloquee la situación para que pueda empezar a construirse o se desistirá de instalarlo en Cáceres porque "los inversores de Asia ya no pueden esperar más".
Así lo ha indicado el presidente de la fundación, José Manuel Vilanova que se ha reunido este jueves junto a otros miembros de la organización con el alcalde de Cáceres, Rafael Mateos, para explicarle los resultados del viaje que se ha hecho a Hong Kong, Corea, China y Singapur para participar en encuentros con promotores de este complejo budista que se quiere construir en el monte Arropez de Cáceres.
Vilanova ha dicho tras la reunión, que los inversores asiáticos están "cansados" y preguntan cuál es la situación del proyecto que comenzó a fraguarse hace cuatro años y que está a la espera de unos informes técnicos para saber si lo que se quiere construir, empezando por la gran estatua de Buda de más de 45 metros, es compatible con la protección ambiental de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) donde se va a instalar.
"Llevamos mucho tiempo esperando y entonces hemos ido a Asia a explicar las dificultades con las que nos hemos encontrado, y que hay buena voluntad para intentar superar estas dificultades", ha explicado Vilanova, que ha transmitido al alcalde que los inversores asiáticos siguen interesados en el proyecto a pesar de las complicaciones que está teniendo.
Unas complicaciones urbanísticas y medioambientales que, según la Fundación Lumbini, son salvables, ya que el proyecto del complejo budista es compatible con la protección actual de la parcela. No obstante, ha advertido que, si no se superan esas "dificultades", se acabará perdiendo el proyecto en Cáceres.
"Nosotros presentamos un informe y ahora los técnicos nos tendrán que decir dónde están los escollos, dónde están los problemas. Y vamos a ver si son superables. Si son superables, seguimos avanzando, evidentemente, y si no fueran superables pues me temo que habrá que desistir del proyecto", ha recalcado Vilanova.
Así las cosas, los inversores asiáticos han pedido que, o se desbloquee el proyecto, o "habrá que pensar en otras alternativas", ha apuntado el presidente de la Fundación Lumbini que ha subrayado que "no se tirará la toalla hasta cuando veamos que ya es imposible".
"Si vemos que es imposible, tiraremos la toalla porque no podemos luchar contra muros infranqueables", ha manifestado, al tiempo que ha señalado que el plazo para conseguir que el proyecto avance es en los próximos tres meses. "No podemos pasar de este año. Si a lo largo de este año no está el tema despejado, desgraciadamente, tendremos que desistir del proyecto", ha concluido.