Cáceres y Mérida vuelven a estar conectadas por la carretera N-523 tras el paso de la borrasca Efraín, que hace más de un mes ocasionó un socavón en La Roca de la Sierra, impidiendo el tránsito de vehículos. Pero no podrán pasar todos. Sólo los ligeros, y los que no excedan las 3,5 toneladas, pues el tramo provisional que se ha puesto en marcha aprovecha el antiguo trazado de la carretera y es tan estrecho que pueden cruzarse dos vehículos; por eso el paso está regulado por semáforos.
Para evitar el paso de vehículos pesados, se ha instalado una cámara de vigilancia.
Esta apertura al tráfico se ha producido después de la visita que, al mediodía, ha hecho el delegado del Gobierno en Extremadura, Francisco Mendoza, junto al director General de Carreteras, Juan Pedro Fernández Palomino.
La conexión supone un alivio para los vecinos de Puebla de Obando y de La Roca de la Sierra, que han tenido que dar un rodeo de 33 kilómetros.
La carretera Cáceres-Badajoz podría abrir al tráfico este viernes