El imperio extremeño de la golosina Sanchez Cortés dice adiós en la región. La empresa ha cerrado todas sus tiendas. La última en hacerlo ha sido la ubicada en la galería comercial de Cánovas en Cáceres, que bajaba la persiana el pasado viernes 30 de septiembre.
Un cierre que se produce por la jubilación de su dueño, Ángel Sánchez Cortés, a los 79 años y por la situación económica tras la pandemia. Desde el pasado año, se ha ido produciendo el cierre progresivo de todos los establecimientos que la firma cacereña tenía en Cáceres, Plasencia, Navalmoral, Coria, y también en Mérida y Badajoz, donde cerraron a finales de verano. Algo, que ha llevado al despido de sus trabajadoras. Algunas tienen en la actualidad el asunto en los tribunales.
Primera tienda en 1972
Sánchez Cortés, abrió su primera tienda en 1972, en Cáceres. Fue en la calle Gil Cordero junto a la Estación de Autobuses. En este medio siglo, el empresario llegó a montar toda una red de tiendas pioneras en el modelo de autoservicio por toda la región, incluso saltando hasta Salamanca. Establecimientos en los que llegaron a trabajar hasta 65 empleados.
Una empresa puntera en la región, que ante la nostalgia de sus clientes dice adiós, eso sí, dejando en el recuerdo de muchos una infancia más dulce.
La nostalgia de los clientes
Hoy el papel cubre los escaparates a través de los cuales, durante estos 50 años, los niños y niñas se quedaban ensimismados mirando sus deseadas golosinas. Es el caso de clientas como Carolina y su nieta Alejandra que, desde Badajoz, nos cuentan que cuando la pequeña entraba "me quería comprar de todo y era feliz, ahora no". Lo echan de menos, aseguran, un sentimiento que comparte el resto de clientes, que reconocen, estas tiendas eran todo un referente a la hora de comprar golosinas.