El informe anual de FEDEA sobre la evolución de las cuentas autonómicas afirma que la cifra de déficit de las comunidades "es engañosa" porque, sin los "apoyos extraordinarios" del Estado durante la pandemia de covid-19, las comunidades "estarían lejos del equilibrio presupuestario".
Argumenta el informe que el déficit autonómico, el 0,03 % del PIB, "con diferencia -dice FEDEA-, el mejor registro desde 1995, se debe fundamentalmente a un aumento de las transferencias extraordinarias del Estado". Un apoyo muy superior, añade, a lo que habría sido necesario para cubrir los gastos generados por la pandemia.
Dato engañoso
El análisis de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada señala que el dato de déficit de las comunidades autónomas "resulta sorprendente dada la situación económica general del país en un ejercicio todavía marcado por la crisis del Covid y, a primera vista, sugeriría que las autonomías gozan de una excelente salud financiera", pero realmente, plantea, no es así.
Apunta en este sentido que, si se excluyen los ingresos y gastos extraordinarios, "sigue habiendo un desequilibrio claro entre los ingresos y los gastos recurrentes de las comunidades autónomas que volverá a manifestarse cuando se retiren las ayudas".
Además, el informe cuestiona la estrategia del Gobierno, ya adoptada en 2008-09, de "sobreproteger" a las autonomías en períodos de crisis, ya que reduce los incentivos de estas "para asumir la responsabilidad sobre su propia situación fiscal y para adaptar sus políticas a las cambiantes circunstancias económicas".
"Como en 2008-09, el Gobierno ha optado por proteger al máximo a las comunidades autónomas frente los efectos inmediatos de la crisis, lo que no es necesariamente buena idea si retrasa en exceso la reacción de éstas", opina FEDEA, que avisa de que la situación, además, "podría prolongarse".
Por el momento, añade, "el Gobierno ha decidido condonar aquellas liquidaciones de 2022 que resulten negativas, lo que plantea problemas adicionales, tanto de equidad como de incentivos".
Este trabajo revela que los ingresos y gastos autonómicos han seguido un patrón marcado por "fuertes crecimientos durante el período de expansión seguidos de profundos recortes tras la crisis de 2008 y de una paulatina y desigual recuperación que ha terminado devolviéndonos en 2019 a una situación similar en muchos aspectos a la observada en 2003".
La diferencia es que la situación actual es, sostiene, "bastante más frágil ante un posible cambio de ciclo".
Preocupante volumen de deuda
Los principales motivos de preocupación en este sentido son el elevado volumen de deuda que han acumulado la mayor parte de las autonomías y el hecho de que la mejora del saldo presupuestario autonómico registrada en los últimos ejercicios se apoya en parte en factores "anómalos y difícilmente sostenibles", incluyendo una inversión "atípicamente baja" y "fuertes" subvenciones a los intereses a través del FLA y otros mecanismos estatales de liquidez.
En 2020 y 2021 la llegada de la pandemia se ha traducido en un fuerte aumento del gasto, que ha sido financiado mediante inyecciones adicionales de recursos estatales y, en alguna medida, europeos.
Lo "llamativo", según el informe, es que "los ingresos adicionales han excedido las nuevas necesidades de gasto, lo que ha permitido a las autonomías reducir su déficit con respecto a años anteriores hasta prácticamente eliminarlo en 2021".