Una oportunidad perdida. Así califica Asemesa, la Asociación de Exportadores de Aceituna de Mesa, la reunión bilateral del martes en Madrid entre Pedro Sánchez y Joe Biden, en la que el presidente de EEUU podría haber anunciado que su país retira el arancel del 35 % que grava ese producto, desde 2018. Entre las variedades afectadas está nuestra aceituna negra cacereña.
Aunque una resolución internacional considera ilegal ese arancel desde noviembre, el gobierno estadounidense lo mantiene casi intacto y sólo lo ha rebajado de manera parcial y provisional a un puñado de empresas después de muchos litigios. Asemesa cifra el daño hecho por este gravamen desde hace cuatro años en unos 170 millones de euros.
Quién pierde y quién gana
Pero no es sólo el dinero que se deja de ingresar por exportaciones de aceitunas que ya no van Nueva York o Los Ángeles. Es también una posición de mercado que se abandona y que rápidamente han ocupado competidores directos de España como son Marruecos, Egipto, e incluso Italia y Portugal, miembros de la Unión Europea. Por este motivo, Asemesa solicita compensaciones a Bruselas.
Asemesa espera que los lazos reforzados entre nuestro gobierno y la administración Biden sirva para que decaiga dicho arancel de una manera definitiva y la aceituna negra cacereña pueda volver a consumirse al otro lado del Atlántico.