Un informe del Banco de España señala que Cáceres es una de las provincias más afectada por el cierre de sucursales bancarias y la consiguiente desaparición de cajeros automáticos. En 2018, los pueblos extremeños perjudicados eran unos 120, que sumaban unos 45.000 habitantes. Desde entonces, son muchos menos, gracias a acuerdos con las Diputaciones o con Correos para intentar solventar esta exclusión financiera.
Otras alternativas son la figura del agente colaborador o la visita de las oficinas móviles que una o dos veces por semana se acercan a esas poblaciones que no tienen ni una sede física ni un dispensador de billetes. La gente mayor, que no tiene ni tarjeta de crédito ni vehículo propio, es la más afectada. Una circunstancia que se agrava aún más en verano, con la llegada de más visitantes.