Cada persona de nuestro país tira a la basura unos 31 kilos de comida y bebida al año, según datos del Gobierno. Un problema social, económico y ambiental que afecta a todos los eslabones de la cadena alimentaria. Y lo saben bien en muchos establecimientos de venta de productos perecederos.
El Ejecutivo español trabaja en una ley para evitar el desperdicio de alimentos. El fomento de una línea de venta de productos imperfectos o menos estéticos o de los que estén en fecha próxima a su caducidad serán una de las prioridades en la norma. Se llevará al Consejo de Ministros en primavera para después pasar al Congreso de los Diputados. España es, tras Francia y Alemania, el tercer país que legisla sobre este asunto. El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha presentado las líneas maestras del proyecto ley en Cáceres.
El año pasado los españoles desperdiciaron casi un millón y medio de toneladas de comida.