La actividad comercial se ha intensificado este viernes en numerosos establecimientos, donde era prácticamente imposible entrar a determinadas horas. En el centro comercial El Faro, la estampa ha sido la de pasillos completamente llenos, largas colas en las cajas y personal que no daba abasto para atender a todos los clientes.
A las compras habituales de la campaña navideña se han sumado las devoluciones y cambios de los regalos de Papá Noel, especialmente por errores en la talla o el color. Una situación que ha obligado a muchos compradores a armarse de paciencia.
El tiempo medio de espera ha rondado la media hora y la afluencia ha sido tal que, en algunos momentos, las más de 2.500 plazas de aparcamiento del recinto se encontraban completas. Aparcar resultaba casi tan complicado como llegar al mostrador de atención al cliente.