7 Diciembre 2024, 12:26
Actualizado 7 Diciembre 2024, 14:27

Con la llegada de la Navidad, las familias extremeñas comienzan a planificar los menús de las celebraciones, y cada vez son más quienes optan por la comodidad de las comidas precocinadas. Este año, platos como el solomillo Wellington destacan por su practicidad y calidad, facilitando a los anfitriones ofrecer cenas espectaculares sin pasar horas en la cocina.

Tiempo en familia, la prioridad

Según María San Juan, responsable de calidad de Carnicería Donoso, estas fechas solían implicar largas jornadas en la cocina, pero ahora las prioridades han cambiado: "El recuerdo que tú tienes de niña al llegar a casa de tu abuela es ver a tu madre o a tu tía trabajando en la cocina y preparando toda la cena para toda la familia".

Luis Martínez, encargado de la misma carnicería, señala que la demanda de platos listos para calentar y servir ha crecido: “El tiempo vale mucho y la gente prefiere invertirlo en otra cosa”. Este cambio de hábito ha convertido en protagonistas a los platos precocinados que, como explica el cocinero Borja Barrán, son sencillos de preparar: "Para el cliente es muy fácil llegar a casa poner el horno".

Aperitivos preparados, un éxito asegurado

En los entrantes, los embutidos cortados y listos para servir se imponen como una solución rápida y elegante. Aunque las piezas enteras aún se compran, especialmente como regalo, la mayoría de clientes opta por bandejas de loncheados para ahorrar tiempo y garantizar un corte perfecto.

Comidas en Navidad

María San Juan añade que las tablas de embutidos preparadas son una tendencia creciente: "Cuando los clientes vienen a la tienda y tienen una cena especial lo que quieren ella directamente tener su tabla preparada".

Disfrutar más, complicarse menos

En estas fechas, las tiendas especializadas se adaptan a las necesidades de los clientes, ofreciendo soluciones que combinan practicidad y calidad. Desde platos principales como el solomillo Wellington hasta aperitivos listos para compartir, el objetivo es claro: pasar menos tiempo en la cocina y más junto a los seres queridos.