Este 27 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Dermatitis Atópica.
Una enfermedad crónica de la piel que padece entre el 5 y el 20% de la población, según la Asociación Española de Dermatología.
En los casos más graves, que no llegan al 1%, es incapacitante y afecta al estado de la salud mental. Por eso, en este día, se quiere dar visibilidad y concienciar sobre sus efectos. Los síntomas más reconocibles son la picazón y las erupciones en la piel.
Esta enfermedad, inmunitaria e inflamatoria, está muy asociada a los primeros años de vida. De hecho, el 60% de los casos diagnosticados, aparecen durante el primer año de vida.
Qué detona los brotes
Los cambios de estación, de temperatura, el polvo o tejidos y detergentes abrasivos e, incluso, el estrés influyen en los brotes que pueda tener el paciente.
Entre las recomendaciones que dan los especialistas médicos:
- Hidratar mucho la piel ( e incluso con cremas específicas para ello).
- No frotar la piel con toallas y esponjas.
- Secarse con calma y sin restregar.
Algunas de las consecuencias de esta enfermedad pueden afectar a la calidad de vida del paciente: trastornos de sueño, distanciamiento social en los niños e, incluso, influye en su rendimiento escolar.