Este lunes, un matrimonio de Alburquerque, de 86 y 89 años, fallecía por culpa de una intoxicación por brasero de picón. Las ventanas de la vivienda estaban cerradas y las persianas bajadas. Las brasas del brasero, que se encontraban en el baño situado junto al dormitorio, provocaron el humo tóxico que terminó siendo fatal. A la espera de que la autopsia lo corrobore, las primeras investigaciones apunta a una intoxicación por monóxido de carbono producida por la combustión incompleta del brasero y la falta de ventilación de la vivienda.
Para evitar accidentes como estos, durante los meses de invierno, Manuel Villa, jefe de guardia de los bomberos del CPI de Cáceres pide que se extremen las precauciones. Los braseros de picón, en particular, son altamente peligrosos debido a su capacidad de generar gases tóxicos y actuar como puntos de ignición para incendios.
Para evitar problemas, el jefe de guardia de bomberos recalca la importancia de usar sistemas de calefacción más seguros. "El primer paso es cambiar el brasero de picón por otro eléctrico, en el peor de los casos, y en el mejor de los casos pues cambiar el sistema de calefacción". Eso sí, el uso de braseros eléctricos tampoco exime de peligros. "No cumplen ninguna normativa de mantenimiento y dependen del cuidado propietario", alerta Manuel Villa.
Entre los consejos prácticos para evitar tragedias, como la de Alburquerque, está mantener alejados a los niños y personas mayores, no secar ropa cerca de la fuente de calor y proteger el brasero con rejillas. Estas medidas apuntan a reducir el contacto con materiales inflamables, evitando así el origen de una pequeña llama que se puede convertir en fuego.
El incremento en el precio de la luz dispara el uso de braseros de picón
