Cruz Roja Extremadura sigue reforzando su compromiso con las personas mayores y, en colaboración con la Fundación Caja Extremadura, ha ampliado el programa para acompañar a las personas mayores que viven en soledad. Voluntarios del movimiento internacional se acercan cada vez a más hogares y comparten con ellos un buen momento.
Victoria Cisnero, de 80 años, es una de las beneficiaras de esta iniciativa. A su casa acuden cada quince días Sara y Eva, dos de las voluntarias de Cruz Roja Extremadura. "Estoy loquita con ellas, son mi alegría porque mi hija se va a trabajar y yo me quedo sola. Son mi familia", reconoce entusiasmada Victoria. En ese tiempo de compañía, los voluntarios están muy pendientes de ellos: vigilan su tensión, realizan talleres de forma telemática, les acompañan al médico y, sobre todo, les sacan una sonrisa. "Están aquí, nos hacen reír y nos ayudan en lo que decimos. Son nuestros médicos del alma" cuenta Victoria.
"Están a nuestro lado y nos hacen reír. Son nuestros médicos del alma"
Más de 2.500 usuarios en la región disfrutan de este proyecto de Cruz Roja Extremadura, que ayuda a paliar la soledad de nuestros mayores. Para los más de 400 voluntarios es un orgullo formar parte de este programa. Sara Merino, es una de ellas y destaca las bondades de darles compañía de forma altruista. "Ellos no se sienten solos, a ellos les animas el día, igual que ellos a nosotros", asegura. Su labor es fundamental y permite que las personas mayores continúen en su entorno.
La mayor parte de la población que atiende Cruz Roja Extremadura es muy envejecida. Por ello, los mayores son una de sus prioridades. Además del programa de acompañamiento, también disponen del de teleasistencia que proporcionan independencia, seguridad y tranquilidad a los usuarios y usuarias