Estamos en el Día Internacional para Contrarrestar el Discurso de Odio; una fecha que la ONU instituyó hace 4 años para poner solución a esa triste realidad que afecta en especial a la población en situación más vulnerable.
Los colectivos implicados en la defensa de los derechos humanos consideran urgente un mayor compromiso social para luchar de forma efectiva contra los discursos de odio y la aporofobia: el temor o aversión a las personas pobres o desfavorecidas.
Las redes sociales alimentan el odio
En Canal Extremadura, la coordinadora en Extremadura de EAPN, la Red Europea Anti-Pobreza, ha alertado de que este mal está cada vez más extendido. Es -dice Mar Herrera- tarea de todos hacer que estas conductas remitan.
Y apunta a las redes sociales como el caldo de cultivo que hace crecer esos discursos de odio. Muchas entidades, como CEPAIM o Fundación Secretariado Gitano, trabajan para mejorar la situación de esas personas que -con excesiva frecuencia- siguen siendo blanco de ataques.
Como ejemplo, cita el de un vigilante de seguridad en un supermercado que increpa y persigue a mujeres gitanas; aunque hay actitudes similares también con los inmigrantes.
Reclaman a las Administraciones un mayor compromiso para erradicar los discursos de odio. Y les instan a que lleven a cabo un mayor control para tramitar las denuncias. Muchas, nos cuenta Herrera, acaban quedando en nada porque las pruebas que se aportan no se consideran suficientes.
Según los últimos datos disponibles, los discursos de odio aumentaron un 3,7% en España en 2022. El 43,5% están asociados al racismo y la xenofobia. Pero hay otros muchos: intolerancia por religión, ideología, edad, orientación e identidad sexuales, discapacidad...
En cualquier caso, parece claro que los sufre más la población desfavorecida, que -según la responsable regional de EAPN- está mucho más expuesta.
Crisis y discursos de odio
En opinión de Mar Herrera, en contextos de crisis como la económica que siguió a la pandemia de Covid, la guerra en Ucrania o la actual crisis energética, es más fácil que surjan mensajes que buscan culpables, y por tanto proliferen los discursos de odio.
Las noticias falsas buscan deshumanizar o denigrar, y a menudo justifican el uso de la violencia. Lo más peligroso, según EAPN, son los discursos políticos: se transmite la sensación de que la vulneración de los derechos de esas personas se puede politizar.
Herrera recuerda que no son pobres porque quieren, y que la pobreza no es una elección.
El cambio -continúa- debe empezar por uno mismo. No debemos generalizar; antes de opinar hay que escuchar. Y es un error culpabilizar a las personas que están en una situación de desventaja.
Poco a poco va bajando la pobreza en Extremadura: ahora está en un 32,4%, según la tasa AROPE. Pero sigue siendo, según Mar Herrera, una cifra muy alta. Por eso apuesta por medidas estructurales de todos los gobiernos que pasarían por aplicar políticas redistributivas.